sábado, 15 de mayo de 2010

MENSAJE

Querido hermano:



Perdona que distraiga tu atención y que te suplique la limosna De CINCO MINUTOS, pero en los últimos años, he aprendido que la mejor manera de mantener y acrecentar mi sobriedad, es compartiéndola con otros y es ese el motivo que me impulsa a formar estas líneas.


Durante veinte años yo estuve aliado a la botella.


Aun principio, posiblemente como bebedor social, usando el trago de cuando en vez, cuando la ocasión lo ameritaba. Más tarde como bebedor fuerte, con más frecuencia y más intensidad, abusando de mi indiscutible capacidad asimilativa.


No tenía problemas con el alcohol. Pero... un día no se cuando ni porque, cruce esa línea invisible que separa al "bebedor normal" (social o fuerte).del "bebedor problema" o "alcohólico". Y aunque yo me negaba a reconocerlo, empezaron a surgir problemas, en lo económico, en lo físico, en lo moral, en mi capacidad para trabajar, en mis relaciones de familia, en mi convivir con la sociedad, en mis responsabilidades, en mis valores espirituales. Pero yo torpemente, en ese ego inflado que caracteriza a los alcohólicos como yo, seguí creyendo que era el bebedor

Social, elegante y genial.


Todo el mundo se daba cuenta de lo "cuesta abajo" que yo iba, todo el mundo... Menos yo. Yo no me daba cuenta de que estaba bebiendo COMPULSIVAMENTE. Una obsesión mental y una compulsión física me empujaban a seguir bebiendo. Yo, que durante una prolongada época de mi vida de borracho no concebía beber solo, ya que estaba bebiendo solo, sin más compañía que una compulsión superior a mis fuerzas... Yo, que durante mis muchos años de bebedor no concebía Beber por la mañana, ya estaba bebiendo al

Despuntar el alba.


Pero yo seguía creyéndome el bebedor social y simpático y pregonando que el día que yo tuviese problemas con la botella, pondría en juego mi gran fuerza de voluntad... ¡Y al diablo con la copa!


Y llego ese momento. Fue una madrugada, como a las cuatro, en mí hogar. Me sorprendí en el comedor, tembloroso y con los nervios destrozados, buscando la botella para tomarme un trago...... ¡Un trago que me exigía el cuerpo! ¡Me lo serví...y lo tome! inmediatamente surgió

Algo que yo llame "casualidad", pero que hoy llamo DIOS. Fue un momento de lucidez, como un rayo de claridad mental, que me permitió reconocer que aquello no era normal, que no era normal que un hombre como yo, que desde chico he sido un defensor incansable de la libertad, se viera esclavo de una botella, de ron. Reconocí que "algo malo" había en mi relación con la botella, y decidí poner en juego mi "fuerza de voluntad", en la cual yo como el tahúr en el as de espadas escondido en la manga del saco, y el cual, en hábil escamoteo, surge para salvar la situación; como cree el entrenador de un equipo de futbol en su "jugador estrella", que aguarda en la banca su indicación para entrar a la cancha y buscar el triunfo.


Salí temprano en la mañana con la banderita y el himno de mi "fuerza de voluntad", cantándome el estribillo de "¿Una botella dominarme a mi?"... ¿A mí ?... ¡bah! para eso está mi gran fuerza der voluntad. ¡Se acabo!... ¡No bebo más!... ¡ No bebo mas en mi vida !


Había caminado cuatro cuadras, cuando vi una de las cantinas que solía frecuentar, pero no renuncie a mi firme resolución de NO BEBER MAS; sencillamente, hice una pequeña enmienda en esa resolución y dije: " Me voy a tomar una...para los nervios...y ya está... ¡y me la tome!


Solamente dios y yo sabemos lo que sufrí en los ocho años meses que siguieron a ese trago " pa los nervios! Al verme impotente para luchar contra el alcohol, perdí toda fuente de fe, de ambición, de esperanza... Y seguí bebiendo porque ya no podía parar, considerándome el más infeliz,

El más vicioso y el más degenerado de los hombres: con un temor a todo y a nada, y utilizando esa forma lenta de suicidio a que recurren los que no tienen el valor de cortarse las venas o pegarse un tiro.


Y llegue a la antesala del manicomio... ¡Al delirium tremens!


¡Todo había fallado ! la medicina, la religión, los sufrimientos de mi madre, las lagrimas de mi esposa, las miradas tan insignificanticas de mis Hijos, los consejos de mis amigos, las advertencias de mis jefes y mi tan traída y llevada fuerza de voluntad...


¡Estaba derrotado!...Fulminantemente derrotado...e impotente en la derrota...


Conocí unos hombres y mujeres que suman su fe, su esperanza, su fortaleza y sus experiencias para mantenerse alejados de la copa... Nada me cobraron. Nada me pidieron. Nada me dijeron de MI CASO. Ellos hablaron de ellos. De lo que ellos habían sufrido en su alcoholismo activo, de lo ellos habían pasado,... de las experiencias de ellos... Y de cómo cada quien había llegado al fondo... y tal parece que cada cual tiene su fondo (el de algunos mas macabro que el mío; el de otros no tan doloroso como el fondo al cual yo llegue...pero su fondo).


Al contarme los episodios de sus vidas, veía yo, en las de ellos, episodios de la mía. Porque ellos también supieron del dormir a medias; del vomito amarillo y verde de la bilis, del nerviosismo cruel; el temor; de la ansiedad, de la amnesias... del dolor... de la perdida de las naturales ambiciones... ¡ De la derrota !. Por primera vez en mi vida supe que yo no estaba solo. ¡Que éramos muchos los que íbamos en la misma lancha!


Y aunque escéptico y pesimista en exceso, fui a las primeras reuniones. No tenían cuotas. Ni los que dirigían las reuniones cobraban honorarios, eran simples servidores del grupo, puesto ahí periódicamente por grupo mismo. No tenían registros de miembros, ni pasaban lista. No exigían cantar himnos, ni arrodillarse, ni firmar juramentos, ni hacer promesas.



TODO ERA SUGERIDO.



Aprendí muchas cosas. Dios me ayudo a tener la mente receptiva. Aprendí que el alcoholismo es una enfermedad, que el alcohólico es un enfermo. Que alcohólico es todo aquel que se crea problemas en cualquier aspecto de su vida cuando entra en contacto con el alcohol. Que la enfermedad del alcoholismo es psicosomática. Afecta el cuerpo, la mente...y, el alma.


Aprendí cual es la diferencia entre abstinencia y SOBRIEDAD. Yo tuve periodos de abstinencia. Dejar de beber un tiempo más o menos largo, traicionando nuestros más íntimos deseos de beber. Comprendí lo torturante que son esos periodos. Es dejar de beber con una botella bailándole a un danzón en la cabeza. Supe que, por el contrario, la SOBRIEDAD en el peculiar idioma de A.A., es ese inefable estado de claridad mental, estabilidad emocional y goce intimo en que se está SIN BEBER.



¡Y se es feliz estándolo!


Aprendí que la enfermedad del alcoholismo es progresiva, traje a mi memoria recuerdos de mi pasado y me fue fácil comprenderlo. En mi actividad de alcohólico hice cosas que, tiempo atrás, yo las juzgaba inconcebibles. Aprendí que la enfermedad del alcoholismo es insidiosa. Recordé mi vida pasada y lo comprendí enseguida. Cuantas veces me dije:"No voy a beber". ¡Y, cuando me vine a dar

Cuenta !. Tal es la insidia con que trabaja esta enfermedad. Ya tenía el trago en los labios, contra mis planes trazados, contra mi decisión hecha, contra mis mejores intereses, contra mi voluntad.


Aprendí que la enfermedad del alcoholismo es incurable. Nunca un alcohólico como yo podrá volver a ser un bebedor social. Pero aprendí también que la enfermedad se puede mantener arrestada y ser uno normalmente feliz, mientras se mantenga uno alejado de la primera copa. Porque ratifique ahí lo que yo sospechaba--Una es demasiado... ¡Y MIL NO BASTARAN!


Aprendí que, el pasado es un cheque cancelado y no debe ser como era, motivo de tortura y preocupación en el presente. Aprendí que, por más poder que yo tuviera, no podría retroceder mi pasado para arreglarlo a mi modo de hoy, ( Y efectivamente, hoy para mi, el pasado es un cheque cancelado que llevo en mi cartera y que, de vez en cuando, lo miro en forma positiva, para mi salvación ).


Aprendí que el futuro no debe preocuparme demasiado, puesto que yo no sé si voy amanecer vivo mañana. En resumidas cuentas...

Aprendí que yo no puedo secar mi ropa con el sol de ayer, porque ese ya se fue, y que no puedo secarla con el sol de mañana. Porque ese no ha salido todavía.


Aprendí que poniendo todo mi empeño, mi fortaleza, mi fe, y mí esperanza en las VEINTICUATRO HORAS DE HOY... ¡HOY ESTARÉ SOBRIO! Ese plan tan sencillo de las veinticuatro horas, fue para mí de ayuda vital.


Me entusiasmo ver que A.A. no es una liga de temperancia, ni una religión, ni una entidad reformista. En A.A. todo el mundo habla bien del ron, que es el lubricante

Social por excelencia para quienes pueden tomarlo sin crearse problemas; como el azúcar que es buena a pasto, pero no para aquellos que padecen diabetes.


Comprendí la importancia (la necesidad) de asistir a las reuniones. Esa terapia grupal funciona. Para mí es como la estación de gasolina en la encrucijada del camino, en la sobriedad. Es el laboratorio de ensayo en la más franca y simpática camaradería, en la cual, a tono con un sencillo programa sugerido a Doce Pasos, voy tratando de mejorar mi personalidad y mi vida, bregando conmigo mismo y tratando de progresar en los renglones de la humildad, la comprensión, la tolerancia y el amor por los unos a los otros; porque A.A. no es solamente dejar de beber, es

Mucho mas, Es una nueva forma de vida. Es un empeño constante de acercamiento a un Poder Superior, tal como cada quien lo concibe.



LA REUNIÓN ES LA LLAVE DE LA SOBRIEDAD.


A.A. es una fraternidad sencilla en la cual nos

Une..............EL DOLOR

Nos guía. ..... LA EXPERIENCIA

Nos fortalece............... LA FE

Y nos salva................... DIOS



A mí nadie me diagnostico. Yo me diagnostique, soy un alcohólico. No fue fácil reconocerlo. Para mí como para cualquier ser humano, resulto difícil reconocer

EL FRACASO. Pero el reconocimiento de ese fracaso, de las cenizas de ese fracaso nació mi vida de hoy.....Para mi salvación y la felicidad de los míos.


Te aseguro que es maravillosa, en todo sentido, esa tabla de salvación que para mí ha sido ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS. A esa tabla vivo aferrado 24 horas tras24 horas. La tabla es larga y fuerte, hay espacio para muchas manos todavía.


Si en alguna ocasión quieres conocerla......si algún día sientes el deseo de aferrarte a ella......no vaciles en hacerlo.







TE ESPERAMOS

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